La dependencia tecnológica cada vez más toma más fuerza, y es parte de la cotidianidad; por eso, la ciberseguridad sigue ganando espacios en la realidad de todos (no sólo de empresas grandes y países específicos).
Esta realidad hace apremiante estar al día con las últimas tendencias de ciberseguridad en 2024, para poder prevenir y responder ante posibles amenazas.
Las tendencias de la ciberseguridad en 2024: retos y oportunidades
La ciberseguridad es un campo en constante cambio, ya que se enfrenta a nuevos desafíos y oportunidades. El punto en cuestión es analizar las tendencias que marcarán el panorama de la ciberseguridad en 2024, donde se encuentran la inteligencia artificial (IA), la computación cuántica y la tecnología 5G.
La inteligencia artificial (IA), la computación cuántica y la tecnología 5G son tres de las tendencias más disruptivas e innovadoras del siglo XXI. Estas tecnologías prometen transformar el mundo en todos los ámbitos, desde la economía y la sociedad hasta la ciencia y la cultura. Pero, ¿cuáles serían los retos y las oportunidades que plantean para el futuro?
La IA
La tecnología que más fuerzas está tomando hoy en día. Su función es permitir a las máquinas realizar tareas que normalmente requieren inteligencia humana, como el reconocimiento de imágenes, el procesamiento del lenguaje natural o la toma de decisiones.
La IA puede aportar beneficios a muchos sectores donde la ciberseguridad no se queda atrás. Sin embargo, la IA también plantea desafíos éticos, sociales y legales, como el respeto a la privacidad, la responsabilidad, la transparencia o la equidad de los algoritmos.
La computación cuántica
Es una forma de procesar información basada en los principios de la mecánica cuántica, que permite ejecutar operaciones que serían imposibles o muy lentas con los ordenadores clásicos.
La computación cuántica puede abrir nuevas fronteras en campos como la criptografía, la simulación, la optimización o el aprendizaje automático, al resolver problemas complejos que hoy en día son inabordables.
No obstante, la computación cuántica también supone retos técnicos, científicos y estratégicos, como el desarrollo de hardware y software adecuados, la protección de la información sensible o el equilibrio de poder entre países y actores.
La tecnología 5G
Es la quinta generación de redes móviles, la cual ofrece una mayor velocidad, capacidad y conectividad que las anteriores.
La tecnología 5G puede facilitar el desarrollo de aplicaciones y servicios innovadores en ámbitos como el internet de las cosas, la realidad virtual o aumentada, los vehículos autónomos o la telemedicina, al proporcionar una mayor calidad de experiencia y una menor latencia.
No obstante, la tecnología 5G también implica retos económicos, regulatorios y geopolíticos, como el despliegue de infraestructuras, el acceso al espectro radioeléctrico o la seguridad y soberanía digital.
¿Qué se espera en el campo de la ciberseguridad en 2024?
Además de la Inteligencia artificial (IA), la computación cuántica y la tecnología 5G, hay otros aspectos importantes de la ciberseguridad en 2024. Como la nube, ciberhigiene, ciberresiliencia, internet de las cosas y aprendizaje automático.
Estas son sólo algunas de las tendencias que se verán en el ámbito de la ciberseguridad en 2024, pero seguro que habrá muchas más.
Lo fundamental es prepararse para afrontar los retos y aprovechar las oportunidades que ofrece este sector tan dinámico e innovador.
– La inteligencia artificial será una aliada y una enemiga. Por un lado, la inteligencia artificial permitirá mejorar la detección y la respuesta ante los ataques, mediante el uso de algoritmos que aprenden de los datos y se adaptan a las situaciones.
Por otro lado, la inteligencia artificial también será utilizada por los ciberdelincuentes para crear malware más avanzado, realizar ataques dirigidos y engañar a los sistemas de seguridad.
– La nube será el escenario principal de los ataques. Cada vez más empresas y usuarios utilizan servicios en la nube, como el almacenamiento, el correo electrónico o las aplicaciones. Esto implica que los datos se encuentran en servidores externos que pueden ser vulnerables a los ataques.
Además, la nube facilita la propagación de los ataques, ya que permite acceder a múltiples dispositivos y redes desde un mismo punto. Por eso, es fundamental contar con medidas de seguridad específicas para la nube, como el cifrado, la autenticación o el monitoreo.
– La ciberhigiene será clave para evitar riesgos. Muchos de los ataques informáticos se aprovechan de las malas prácticas de los usuarios, como el uso de contraseñas débiles, la apertura de correos sospechosos o la descarga de archivos desconocidos.
Por eso, es importante fomentar la ciberhigiene; es decir, el conjunto de hábitos y comportamientos que contribuyen a mantener un entorno digital seguro.
Algunas de las recomendaciones son: actualizar los sistemas y las aplicaciones, utilizar antivirus y cortafuegos, realizar copias de seguridad y educar a los usuarios sobre los riesgos y las buenas prácticas.
– La ciberresiliencia será el objetivo a alcanzar. Ante el aumento y la complejidad de los ataques informáticos, no basta con prevenirlos, sino que también hay que estar preparados para responder ante ellos y recuperarse lo antes posible.
Esto implica desarrollar la ciberresiliencia. En otras palabras, la capacidad de adaptarse y continuar funcionando ante un incidente de seguridad. Para ello, es necesario contar con planes de contingencia, protocolos de actuación, equipos especializados y mecanismos de recuperación.
– Inteligencia artificial y aprendizaje automático. Estas tecnologías se han convertido en herramientas esenciales para la detección y prevención de amenazas, así como para la automatización y optimización de procesos.
Sin embargo, también pueden ser utilizadas por los ciberdelincuentes para crear ataques más sofisticados y personalizados, o para eludir las defensas existentes.
Por ello, es necesario desarrollar sistemas de ciberseguridad que sean capaces de adaptarse y aprender de forma continua, y que incorporen mecanismos de verificación y transparencia.
– Internet de las cosas y 5G. El aumento de dispositivos conectados a la red, desde electrodomésticos hasta vehículos, supone un incremento de la superficie de ataque y de los riesgos asociados.
La llegada del 5G permitirá una mayor velocidad y capacidad de transmisión de datos, lo que facilitará el desarrollo de aplicaciones y servicios innovadores, pero también exigirá una mayor protección de la privacidad y la seguridad de los usuarios.
Por tanto, es imprescindible establecer estándares y protocolos de seguridad para el internet de las cosas, así como soluciones integradas que garanticen la identificación, autenticación y cifrado de los datos.
– Ciberresiliencia y gestión de riesgos. Ante la inevitabilidad de sufrir algún tipo de incidente de ciberseguridad, las organizaciones deben adoptar un enfoque proactivo y estratégico que les permita anticiparse, responder y recuperarse de forma eficaz.
Por este motivo, es fundamental contar con un plan de ciberresiliencia que incluya medidas de prevención, detección, respuesta y recuperación, así como una evaluación continua de los riesgos y las vulnerabilidades.
Asimismo, es necesario fomentar una cultura de ciberseguridad entre los empleados, los clientes y los proveedores, que promueva el uso responsable y seguro de la tecnología.
Recuerde que la ciberseguridad es un campo dinámico y cambiante que requiere una constante actualización y una visión global.
Por eso, le invitamos a seguir CyberWar Magazine para conocer información y consejos de ciberseguridad en español.
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