Las ciudades inteligentes utilizan efectiva e intensivamente las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Proviene de smart city, que, por ser un término reciente, se encuentra en constantes revisiones o mejoras. Actualmente, se considera que una ciudad es inteligente porque el entorno urbano se aprovecha y beneficia el estilo de vida de sus ciudadanos por medio de las tecnologías: Internet de las Cosas (IoT), Inteligencia Artificial o el Big Data. Es decir, que conforme aparezcan nuevas tecnologías, las ciudades inteligentes seguirán avanzando.
Cabe mencionar la aclaración que expresó la CEUPE (Centro Europeo de Postgrado de México) en su web:
Se puede definir una ciudad como inteligente si se invierte en capital humano y social, se mejora el transporte, las infraestructuras y las TIC. Con todo ello, se consigue un desarrollo económico más sostenible y un aumento de la calidad de vida a través de la participación ciudadana.
¿Qué son las ciudades inteligentes?
Las ciudades inteligentes tienen el beneficio de que mejoran la calidad de vida, aumentan la eficacia en funcionamiento, procesos y facilidad de servicios. Mejorar la sostenibilidad, así como saber afrontar a las más recientes necesidades de sus habitantes, aporta para saber captar oportunidades de desarrollo, sin olvidar la utilidad de la información.
Sin embargo, aunque suena como una estrategia productiva, no es conveniente para todas las ciudades del mundo; de acuerdo a sus debilidades socioeconómicas, puede ser ejecutable o no. Aunque son ciudades que deben planificarse y financiarse, no todos pueden asumir la inversión. Incluso, las ciudades inteligentes necesitan de empresas que ofrezcan el servicio, y si hay carencia de estas, la posibilidad sería menor.
No obstante, en algunas ciudades de Latinoamérica se comienzan a mover e incentivar las ciudades inteligentes. Tal fue el caso de la Feria para promover la sostenibilidad en la región, La Smart City Expo Latam Congress 2022, ejecutada en Yucatán. Asistieron figuras políticas, empresarios, estudiantes y oradores. Se enfocaron en temas de “emergencia climática, temas de vivienda digna, espacios públicos, transformación digital, equidad, la inclusión” y muchos otros.
Pilar Conesa, experta española en innovación y curadora de la feria de ciudades inteligentes, explicó para la agencia EFE que fue un evento crucial; “un encuentro con todos los actores de la sociedad para compartir experiencias, debatir sobre los retos y lo más importante: acelerar esa transformación en América Latina”.
¿Cómo proteger las ciudades inteligentes de ciberataques?
Ahora bien, queda otro riesgo al aire, y es la ciberseguridad ante un continente que busca transformar sus ciudades a unas inteligentes. Se ha tomado en cuenta que, en Latinoamérica, no todos los gobiernos tienen el mismo interés en la seguridad. Existe cierta debilidad en el tema, expertos y cultura entre la sociedad, por lo que es inminente que comiencen a trabajar en la promoción y ejecución de medidas públicas para crear un entorno seguro para las tecnologías.
Los autores de la Guía de ciberseguridad para ciudades inteligentes, Lorenzo Cotino y Marco Sánchez, hablaron al respecto en 2021. Comienzan su prefacio destacando el pensamiento estratégico, mejoras en la conectividad, fortalecimiento de medidas gobernantes digitales, promover la innovación, capital humano, y hasta una infraestructura digital sólida y actualizada. Pero, mientras se promueve la gestión local, ya sea en políticas públicas, infraestructura, servicios, también incrementan los riesgos y vulnerabilidades en ciberataques.
Citan:
La dependencia de las TIC para gestionar y monitorear sistemas esenciales que sustentan áreas clave como seguridad, agua, energía, movilidad y atención a los eventos catastróficos relacionados con el cambio climático incrementa los niveles de riesgo de ciberataques.
Donde estos ciberataques son tan capaces de detener ciudades enteras, causar catástrofes en finanzas, administraciones y hasta daños severos en sistemas de información. Mientras aumentan los actos delictivos en ámbitos digitales, las ciudades están más expuestas que nunca, así que “todavía existen retos y desafíos en la gobernanza y gestión del riego para abordar la ciberseguridad de forma proactiva, especialmente a nivel municipal”.
¿Cómo protegerlas? Atacando esas brechas de forma activa, comenzando por las del conocimiento y nivel intelectual; es decir, promover el conocimiento en ciberseguridad a organismos, empresas e instituciones, tanto públicas como privadas.
Otro riesgo son las débiles gobernanzas, la falta de sensibilidad porque no reconocen lo letal de los riesgos, por lo que son necesarias medidas preventivas y asignar castigos adecuados a los perpetradores de los actos.
Es necesario aumentar los recursos destinados a la ciberseguridad para crear un entorno confiable para las ciudades inteligentes, además del personal humano capaz de trabajar apropiadamente con sus herramientas.
En síntesis, como lo explican Cotino y Sánchez,
Para las ciudades de la región, la cuestión no es “si” va a ocurrir un ciberataque: la cuestión es “cuándo” va a ocurrir. Las ciudades pueden planificar de forma proactiva para que los ciberataques no generen disrupciones en su gobernanza y su gestión administrativa.
Las ciudades inteligentes son una posibilidad que todos los habitantes de Latinoamérica necesitan y merecen, pero hasta que no se apliquen las medidas correctas para ofrecer seguridad y privacidad, la situación actual puede permanecer igual. La ventaja es que se aprecia el interés de distintos sectores que desde ya aportan ideas.
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