Competencias digitales para la educación

Las competencias digitales aplicadas a la educación son herramientas que permiten el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de la información y la comunicación en el ámbito educativo, tanto para el aprendizaje como para la enseñanza.

A su vez, las competencias digitales benefician también otros campos, como por ejemplo:

Bienestar: en el uso de las tecnologías en cualquier área de la salud
Ciudadanía: promoviendo la participación ciudadana en la vida cívica
Comerciales: utilizar los recursos en línea para realizar compra o venta de bienes y servicios
Sociales: reflejado en las relaciones sociales, es decir, la interacción entre varios por medio de las herramientas digitales

¿Qué son las competencias digitales y cómo ayudan a la educación?

La sociedad moderna pide que la educación sea innovadora y capaz de responder a la par con las demandas existentes. En consecuencia, las competencias digitales para la educación se pueden agrupar en las siguientes áreas:

Información y tratamiento de datos: implica buscar, seleccionar, organizar, analizar y presentar información digital de forma eficaz y ética
Comunicación y colaboración: interactuar, compartir, participar y cooperar con otros mediante herramientas o plataformas digitales, respetando las normas de convivencia y las diferencias
Creación de contenido digital: generar, integrar y modificar contenidos digitales en distintos formatos y lenguajes, incluyendo la programación informática, para expresar ideas y conocimientos de forma creativa y original
Seguridad: proteger los dispositivos, los datos personales, la salud y el medioambiente del uso de las tecnologías digitales, así como adoptar hábitos de uso responsable, crítico, saludable y sostenible de las mismas
Resolución de problemas: identifica, plantea y resuelve problemas mediante el uso de las tecnologías digitales, así como desarrollar el pensamiento computacional y crítico para afrontar los desafíos del mundo actual

Ahora, para lograrlo, las estrategias pedagógicas deben estar al nivel de la exigencia de la sociedad, lo que se conoce como un aprovechamiento técnico – pedagógico de la tecnología. Es decir, un profesional de la educación debe saber responder a las competencias digitales y el Marco Europeo para la Competencia Digital de los Educadores (DigCompEdu) propuso varias ideas, un ejemplo fue:

«Guía para las políticas educativas que todo docente debe tener en cuenta para su formación profesional y personal. El DigCompuEdu establece 22 competencias digitales que se encuentran organizadas en 6 grandes áreas.»

Resumimos las 6 grandes áreas en:

Compromiso profesional: que los profesionales empleen herramientas necesarias para su desarrollo profesional o el bienestar colectivo de la organización
Contenidos digitales: competencias para crear, compartir y utilizar los contenidos digitales
Enseñanza y aprendizaje: aquí se utilizan las tecnologías digitales para gestionar y coordinar procesos de enseñanza y aprendizaje
Evaluación y retroalimentación: utilizar la tecnología para evaluar, innovar y hasta realizar evaluaciones de críticas para dar retroalimentaciones apropiadas
Empoderamiento de los estudiantes: en función de promover la inclusión, personalización y compromiso de los alumnos durante el aprendizaje
Desarrollo de la competencia digital de los estudiantes: que el estudiante utilice responsablemente y creativamente las tecnologías

Las competencias digitales son fundamentales para cerrar las brechas

El Marco Europeo de Competencia Digital para los Ciudadanos estima que el desarrollo de la competencia digital de el estudiantado implica:

Información y alfabetización mediática: los alumnos deben ser capaces de poder analizar, localizar, organizar, procesar e interpretar de forma crítica la información.

Comunicación y colaboración digital: hacer uso responsable de las tecnologías para colaboración y participación cívica.

Creación de contenido digital: los estudiantes deben poder expresarse a través de los medios digitales en diversos formatos, así como ser conscientes de los derechos de autor, las licencias y fuentes.

Uso responsable: gestionar riesgos y garantizar el bienestar físico, psicológico y social.

Solución de problemas digitales: poder identificar y resolver problemas técnicos y transferir conocimientos tecnológicos de forma creativa.

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