La ciberseguridad es un tema que afecta a todos los usuarios de internet, pero especialmente a los más jóvenes, quienes están más expuestos a los riesgos y amenazas que existen en el mundo digital. Por eso, es fundamental educar a los niños y adolescentes sobre la importancia de proteger su información personal, sus dispositivos y sus redes sociales, así como de adoptar hábitos y comportamientos seguros y responsables en línea.
La ciberseguridad es el conjunto de medidas y prácticas que protegen los sistemas informáticos, las redes, los dispositivos y los datos de ataques maliciosos o accesos no autorizados.
En la era digital, la ciberseguridad es un aspecto fundamental para garantizar la privacidad, la seguridad y el bienestar de las personas que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación (TIC).
Los niños y adolescentes son uno de los grupos más vulnerables ante los riesgos y amenazas que existen en el ciberespacio, como el ciberacoso, el grooming, el sexting, el phishing, el malware, el robo de identidad o la suplantación. Estos riesgos pueden afectar negativamente a su desarrollo físico, emocional y social, así como a su reputación, su autoestima y su confianza.
Entonces, es imprescindible que los padres, los educadores y los profesionales de la ciberseguridad se involucren en la educación de los niños y adolescentes sobre la ciberseguridad, para que aprendan a usar las TIC de forma responsable, segura y ética. La educación en ciberseguridad debe empezar desde edades tempranas y adaptarse a las características y necesidades de cada etapa evolutiva.
¿Por qué es importante educar a los niños y adolescentes sobre la ciberseguridad?
La educación en ciberseguridad tiene varios objetivos:
- Fomentar una cultura de prevención y protección frente a los riesgos y amenazas del ciberespacio.
- Desarrollar habilidades y competencias digitales para el uso adecuado de las TIC.
- Promover valores y actitudes positivas hacia el respeto, la convivencia y la ciudadanía digital.
- Sensibilizar sobre los derechos y deberes que conlleva el uso de las TIC.
- Estimular el pensamiento crítico y creativo para resolver problemas y tomar decisiones informadas en el ciberespacio.
- Potenciar la autonomía, la responsabilidad y el autocontrol en el uso de las TIC.
La educación en ciberseguridad debe ser transversal e integrarse en el currículo escolar, así como en las actividades extraescolares y familiares. Además, debe contar con la participación activa de los niños y adolescentes, para que sean protagonistas de su propio aprendizaje y se sientan motivados e interesados por la ciberseguridad.
La educación en ciberseguridad es una tarea de suma relevancia para preparar a los niños y adolescentes para afrontar los retos y oportunidades que les ofrece el ciberespacio, así como para contribuir al desarrollo de una sociedad digital más segura.
Cómo educar a los niños y adolescentes sobre la ciberseguridad en el NCSAM
El mes de octubre se celebra el Mes Nacional de la Concienciación sobre la Ciberseguridad (NCSAM, por sus siglas en inglés), una iniciativa que busca promover una cultura de seguridad digital entre los ciudadanos y las organizaciones.
Por eso, cae la responsabilidad fundamentalmente en padres, educadores o adultos responsables para que se involucren en la formación de los menores sobre la ciberseguridad, y les enseñen hábitos y buenas prácticas para navegar por internet de forma segura y responsable. A continuación, algunos consejos y recursos para ayudar a los niños y adolescentes a ser ciberinteligentes:
- Hablar con ellos sobre los riesgos y las oportunidades de Internet. Es fundamental establecer un diálogo abierto y de confianza con los menores sobre lo que hacen en internet, qué sitios visitan, con quién se comunican y qué información comparten. También es importante explicarles los peligros que pueden encontrar, como el ciberacoso, el sexting, el grooming, el phishing o el malware, y cómo prevenirlos o actuar ante ellos. Asimismo, hay que destacar los beneficios y las ventajas que ofrece Internet para su educación, su creatividad y su desarrollo personal.
- Establecer normas y límites para el uso de Internet. Es conveniente definir unas reglas claras y consensuadas sobre el tiempo, el lugar y la forma de usar Internet y las redes sociales. Por ejemplo, se puede limitar el uso de dispositivos a ciertas horas del día, evitar que los usen en su habitación o en la noche, o supervisar el tipo de contenido al que acceden. También se puede crear un contrato familiar de uso de Internet, donde se especifiquen los derechos y las responsabilidades de cada miembro de la familia.
- Proteger sus dispositivos y sus cuentas. Es imprescindible que los menores usen contraseñas seguras y diferentes para cada una de sus cuentas en línea, y que no las compartan con nadie. También es recomendable que activen la verificación en dos pasos o la autenticación biométrica cuando sea posible. Además, hay que asegurarse de que sus dispositivos tengan instalado un antivirus actualizado, un firewall y un bloqueador de anuncios, y que descarguen aplicaciones solo de fuentes oficiales o confiables.
- Educar sobre la privacidad y la identidad digital. Es necesario que los menores sepan cómo gestionar la información personal que publican o envían por Internet, y que sean conscientes de las consecuencias que puede tener para su imagen y su reputación. Hay que enseñarles a configurar correctamente la privacidad de sus perfiles en las redes sociales, a revisar los permisos que otorgan a las aplicaciones, a no aceptar solicitudes de amistad de desconocidos, a no enviar fotos o vídeos comprometedores o íntimos, y a respetar los derechos de autor y la propiedad intelectual.
- Fomentar una actitud crítica y responsable ante la información. Es esencial que los menores aprendan a distinguir entre información veraz y falsa, entre hechos y opiniones, entre fuentes fiables e interesadas. Hay que animarles a contrastar la información que reciben o consultan por Internet, a verificar la autoría y la fecha de publicación, a detectar posibles sesgos o manipulaciones, y a no difundir ni compartir noticias falsas o bulos.
- Promover una convivencia digital, positiva y respetuosa. Es importante que los menores se comporten en Internet como lo harían en la vida real, con educación, cortesía y empatía. Hay que inculcarles valores como el respeto, la tolerancia, la solidaridad y la diversidad, y evitar que participen o sean víctimas de conductas agresivas, violentas o discriminatorias. También hay que alentarlos a denunciar cualquier situación de ciberacoso o ciberdelito que sufran o presencien, y a pedir ayuda a un adulto de confianza.
Hay muchos más recursos disponibles en internet para profundizar en este tema. Por ejemplo, puede consultar la página web oficial del NCSAM, donde se ofrecen materiales educativos, actividades, eventos y consejos para todos los públicos.
También puede visitar la página web de la Agencia Española de Protección de Datos, donde se encuentran guías, videos, juegos y talleres para fomentar el uso seguro y responsable de Internet entre los menores.
La ciberseguridad es un asunto que nos concierne a todos y requiere de la colaboración y compromiso general. Por esta razón, cada individuo debe hacer su parte, ser ciberinteligente y recordar que la mejor forma de proteger a los más vulnerables es educando.
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