Cuando se habla de evolución, desde una perspectiva presente, sería muy complicado imaginar todos los posibles escenarios que traería ese desarrollo tecnológico. Por lo tanto, son muchas las posibilidades que pueden surgir con la evolución de la ciberseguridad gracias a la inteligencia artificial. Por ahora, sólo se imagina que las funciones existentes tendrán mayores certezas y amplios usos.
El 2023 es sólo el comienzo de esta evolución
La IA se puede aplicar a la ciberseguridad de diversas formas, tanto para mejorar la defensa como para facilitar el ataque. Algunos ejemplos son:
- Detección y prevención de amenazas: la IA puede ayudar a analizar grandes volúmenes de datos e identificar patrones o anomalías que indiquen posibles ataques o vulnerabilidades en los sistemas. Así, se puede anticipar y responder a las amenazas de forma más rápida y eficaz.
- Automatización y optimización de procesos: la IA puede facilitar la automatización y optimización de procesos relacionados con la ciberseguridad, como la gestión de incidentes, la actualización de software, el control de accesos o la generación de informes. Esto puede reducir los costes operativos y mejorar la eficiencia y productividad.
- Asistencia y capacitación: la IA puede proporcionar asistencia y capacitación a los profesionales y usuarios de la ciberseguridad, mediante sistemas expertos, chatbots, asistentes virtuales o plataformas de aprendizaje. Esto puede mejorar el nivel de conocimiento y concienciación sobre los riesgos y buenas prácticas en materia de ciberseguridad.
La ciberseguridad en los próximos años podrá beneficiarse mucho de la IA
La ciberseguridad es un campo que requiere una constante actualización y adaptación ante las amenazas emergentes y los cambios en el entorno digital. La IA puede aportar una gran ventaja competitiva a las organizaciones y entidades que se dedican a proteger sus sistemas, redes e información frente a los ataques cibernéticos.
La incursión de la inteligencia artificial en la ciberseguridad hará que existan mejores sistemas, herramientas más seguras y hasta funcionalidades más avanzadas, beneficiando así a los trabajadores éticos.
Sin embargo, también traerá crecimiento de amenazas que incluirán muchos riesgos, pero los trabajadores éticos tendrán más responsabilidad para lograr y promover los usos apropiados.
Por ahora, el análisis forense, respuesta a incidentes y hasta las capacitaciones tendrán un crecimiento significativo.
- Análisis forense: la IA puede facilitar el proceso de investigación y recolección de evidencias tras un incidente de seguridad, así como la atribución de responsabilidades y la identificación de los autores o cómplices del ataque. Por ejemplo, se pueden emplear técnicas de procesamiento del lenguaje natural o visión artificial para extraer información relevante de los registros o imágenes capturadas durante el incidente.
- Respuesta a incidentes: la IA puede agilizar y optimizar la respuesta a los incidentes de seguridad, tanto en términos de mitigación como de recuperación. Por ejemplo, se pueden utilizar sistemas expertos o agentes inteligentes para automatizar tareas rutinarias o complejas, como el aislamiento de los sistemas afectados, la restauración de los servicios o la notificación a las autoridades competentes.
- Concienciación y capacitación: la IA puede contribuir a mejorar la concienciación y la capacitación de los usuarios y profesionales en materia de ciberseguridad, tanto a nivel individual como colectivo. Así, será una alternativa para reducir los autores maliciosos que siempre desean causar daño.
La ciberseguridad, en los próximos años, seguramente seguirá esforzándose por trabajar en la privacidad y seguridad de sistemas, ya que esa es su función primordial. No obstante, muchas utilidades mejorarán; ¡eso queda muy claro!
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