El internet de las cosas apunta a un futuro próximo con hogares y ciudades inteligentes; es decir, una vida llena de tecnología.
Se supo primeramente de este en el año 1982, con una máquina de Coca-Cola que fue modificada para estar conectada a internet. Pero fue en 1999 cuando el término internet de las cosas se popularizó. La finalidad es sencilla: incorporar herramientas que le permita actuar como una máquina automática con «inteligencia» a cualquier objeto electrónico por medio de la incorporación de sensores y conexiones.
El IoT (por sus siglas en inglés, Internet of Things) se conoce por tres capas distintas:
- La física: esta compone el electrodoméstico u objeto por sí mismo. Con esto, queda claro que cualquier aparato puede ser de internet de las cosas si cuenta con una red cableada o inalámbrica.
- La informática: es la parte intangible que permite el almacenamiento y procesamiento de las las redes y protocolos de comunicación para darle conectividad.
- La aplicación: esta es la última capa que accede a la función del IoT. Por medio de servicios integrados, accede a la nube de internet de las cosas para captar la información partiendo de datos recopilados.
El origen del internet de las cosas
Mencionamos a Coca-cola en 1982. Luego, Kevin Ashton, profesor británico del MIT, fue quien popularizó el término IoT. Volviendo al año 2000, LG anuncia sus planes de un frigorífico con conexión a internet y, aunque tenía muchos tintes de investigación en el ámbito académico, era un hecho para el momento.
Así avanzaron los años hasta 2008 y 2010, con una gran cantidad de dispositivos conectados a la red, incluso más que habitantes en el mundo para el momento. «12.500 millones de dispositivos inteligentes entre smartphones, tabletas, ordenadores y distintos electrodomésticos. Una cifra que casi duplica a la población mundial».
De tal modo que, para el 2010, el internet de las cosas supera los planes, por lo que sigue avanzando y la rapidez de las conexiones influye en ello. Tal es el caso de las tecnologías de conectividad para el IoT de 5G, hasta ahora la más rápida.
El desarrollo ha llevado al internet de las cosas a ser muy interesante
Ahora, hablando de mejoras para el 2023, la posición del internet de las cosas sigue incrementando, mezclada con otras disciplinas: cloud computing, big data e inteligencia artificial.
Estos se relacionan porque la cloud computing hará más sencillo el almacenamiento de grandes cantidades de datos. El big data permitirá el análisis de grandes cantidades de datos, así como la organización y la comprensión. Y por último la IA, para generar conocimientos. Los tres unidos harían que las empresas se desarrollen y crezcan aún más, haciendo que las inversiones y producciones aumenten para posicionar todavía más la llamada industria 4.0.
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