El futuro de la ciberguerra parece estar muy cerca. Desde los recientes eventos bélicos entre Rusia y Ucrania, muchas alarmas se activaron. Sin embargo, estos son sucesos que tienen tiempo sucediendo.
Algunas muestras de ello las podemos tomar por eventos pasados, como durante el 2017, cuando NotPetya afectó a Ucrania y Estados Unidos. En 2018, México descubrió una red de noticias falsas durante elecciones presidenciales y el Ministerio de Defensa Español también percibió ciberataque a su red; ambos apuntaban a una potencia extranjera.
Durante el mismo 2018, China reclamaba por una serie de ciberataques en el que culpaban a Estados Unidos, mientras, tiempo después, The New York Times anunciaba que el Pentágono y los servicios de Inteligencia de su mismo país realizaban ciberataques masivos a las redes de suministro eléctrico en Rusia.
En el 2019 siguieron, pero, esta vez, las potencias mundiales se culpaban unas a otras por ataques de la misma índole. ¿Cuáles países pueden considerarse ciberpotencias en la ciberguerra? LISA Institute sugiere los siguientes: EE. UU., China, Rusia, Israel, Francia, Taiwán, Irán, Australia, Corea del Sur, India y Paquistán.
Ahora, la considerada guerra tecnológica aumenta en la era digital. Son ataques digitales por parte de un país para afectar gravemente los sistemas informáticos esenciales de otro. Se consideran ciberguerras porque implicaría directamente fuerzas gubernamentales o relacionadas con la política nacional a otra nación, pero a la misma clase de organismos. Lo pueden hacer por medio de virus informáticos o por piratería informática. Sin embargo, también lucen como:
- Infiltración en redes
- Robo de datos/información
- Causar interferencias en señales inalámbricas
- Producir programas informáticos falsos o contaminados
- Atacar por medio de malware
- Espionaje
- Sabotear equipos informáticos, satélites, centros de suministros, transporte, comunicación, entre otros similares
- Influir en medios, como la falsa propaganda por redes sociales y medios digitales
- Afectar la economía por medio de las empresas, ciudadanos y hasta pymes
Para lograr ingresar en los sistemas y hacerse con alguno de los puntos anteriores, aprovechando las vulnerabilidades en el sistema o realizando ataques directos, como:
- Phishing, un vishing o un smishing (ingeniería social)
- Ransomware
- Ataques DDoS
El conflicto Ucrania-Rusia da vistazos del futuro de la ciberguerra
Es un poco complicado analizar exactamente cómo funcionan los ataques del tipo de ciberguerra, puesto que la mayoría pasan desapercibidos y, en otros casos, no saben reconocer la naturaleza del ataque. Lo que sí podemos tomar en cuenta es que se realizan a equipos personales que ya estén comprometidos o directamente a alguno de una organización. Esto, en consecuencia, llevará a iniciar una cadena de ataques.
Un ejemplo de este caso fue en 2015 por cibercriminales rusos, presuntamente sin estar relacionados con ningún país a nivel político. Estos lograron dejar a 230.000 clientes al oeste de Ucrania sin servicio eléctrico. Pero esto se repitió en 2016, sólo que, esta vez, a agencias gubernamentales y sistemas bancarios. Un evidente rasgo para considerarlo ciberguerra.
Durante este mismo 2022, sucedió nuevamente en Ucrania. Antes de la llegada de las tropas rusas, habían recibido un malware sin precedentes que borró todos sus datos. Sin embargo, aunque Ucrania trató de defenderse, sus fuerzas digitales para la ciberguerra no son suficientes.
La ciberguerra continúa su curso
Para pensar en el futuro de la ciberguerra, se debe considerar que un país que se dedica a efectuar pruebas de esta magnitud tiene ataques muy bien guardados como secreto de Estado, y nadie lo reconocerá hasta el momento de utilizarlo.
El futuro de la ciberguerra puede ser más letal, por lo que todos los países deben prepararse. Por ahora, nos enfrentamos a ciberataques que pueden causar apagones de redes eléctricas y telecomunicaciones. Con ambos sectores caídos, sería cuestión de esperar un colapso, puesto que causaría un efecto dominó en otras infraestructuras críticas.
La principal solución para lograr hacerle frente a un futuro de la ciberguerra en este escenario tan delicado es que aumenten el número de expertos en el sector de ciberinteligencia. Y tal como compartió Red Seguridad: «Las organizaciones deben, hoy más que nunca, estar listas para hacer frente a los ciberataques que aparezcan con prácticas básicas como actualizar el software o tener al día la instalación de parches y la actualización de antivirus y antimalware, pasando por proteger el activo más valioso de las empresas: sus datos».
La ciberguerra es un hecho que sucede y seguirá sucediendo, quizás con mayor silencio que ahora, o quizás nos equivoquemos. El punto es que lo sucedido en Ucrania nos ha dejado muchos datos para considerar que así puede repetirse en el futuro próximo en otras naciones (probablemente no con fuerzas militares en su espacio geográfico, pero sí en el mundo digital).
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